EL ULTIMÁTUN DE BOURNE

Director: Paul Greengross
Calidad Técnica: Excelente
Duración: 111 m
Aspectos a destacar: Violencia

         Bourne ha logrado salir de Moscú y se encuentra ahora camino de Londres. Continúa buscando su identidad. Un periodista que no sabe en qué se está metiendo le pone tras la pista de un programa de entrenamiento llamado Blackbriar.

         Con un ritmo vertiginoso que ofrece el primer respiro a la hora y pico de metraje, Greengrass se confirma como un maestro del ritmo.

         Se trata, sin duda, de una de las mejores películas de espías que se hayan realizado. Conjuga perfectamente la intriga (aeropuerto de Londres), las situaciones tácticas (despacho de Madrid), persecuciones a pie y peleas con las manos desnudas (callejuelas de Tánger) y una persecución en coche (New York) de un realismo tan conseguido que dan ganas de acurrucarse para que a uno no le lluevan los cristales.

         Fotograma de tonos fríos, cámara en mano y planos cortísimos contribuyen a que no encontremos momento para cambiar de posición en el asiento.

         El reparto demuestra que sin histrionismos, con sobriedad y personajes bien perfilados, se puede transmitir exactamente lo que se quiere.

         La trama argumental y la acción no son alternativas: funcionan a la par, consecuencia una de la otra.

         Una interesantísima redefinición que influirá en el futuro del género.

Información ofrecida por Ateleus

 

Twitter