LA AFECTIVIDAD
- Libros
- 01 Mayo 2009
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El autor, médico con amplia experiencia clínica y padre de doce hijos, expone de una manera sencilla, clara y rigurosa algunas ideas en torno a la afectividad, a la que llama eslabón perdido de la educación, y de la que dice que más educar en sentido estricto, es preferible decir estructurar y desplegar. El fundamento de una adecuada afectividad está basado en una familia sana; salvando los casos clínicos, el tono afectivo positivo es más fácil de encontrar en las familias bien estructuradas, estables y que cuidan la educación de sus hijos. El aumento de casos de depresión infantil, de déficit de atención... puede venir porque un elemento exógeno negativo potencia esa incipiente tendencia. No estamos hablando de una ciencia exacta, en la que todos los casos sean explicables por esa razón, pero como sí lo son la mayoría, sociológicamente cabe afirmar que al salir la madre del hogar y no haber entrado el padre, se activan elementos exógenos que potencian desequilibrios psíquicos. Es también un hecho probado, que la inestabilidad familiar, la violencia dentro de la familia, los problemas derivados del estrés o de los problemas familiares inciden negativamente en la conformación de la afectividad. Los casos clínicos que menciona corresponden a Colombia, pero son aplicables a buena parte de Occidente. El capítulo dedicado a los abusos sexuales y al consumo de sexo en el ciberespacio es espeluznante por la cantidad de aberraciones a las que una parte de la juventud se ve expuesta o sometida. No es la única consecuencia del libro, pero resulta obvio que una familia sana y el cultivo de las virtudes ayudan a la adecuada integración de la afectividad dentro de la personalidad.