CONCILIAR LA VIDA FAMILIAR
- Libros
- 01 Abril 2009
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LA AUTORA - Victoria Cardona. Educadora familiar. Madre de seis hijos y abuela. Mujer activa, vital y dinámica practica la vocación de dar a conocer y difundir todo aquello que ha sintetizado personal y profesionalmente. Destacar en este sentido que actualmente colabora con la Fundación Pro Vida, imparte actividades formativas para transmitir valores humanos a las adolescentes en el Club Juvenil Llar, es moderadora de las sesiones de Cursos para padres de la asociación familiar FERT y tiene también una larga trayectoria de participaciones en radio y televisión.
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La autora como madre y abuela, plantea las claves para una adecuada comunicación entre padres, hijos y abuelos. En su papel de abuela, que es la perspectiva desde la que escribe el libro, perfila de modo delicado el lugar adecuado para los abuelos en el entorno familiar. Una manifestación de haber encontrado el lugar acertado se aprecia cuando afirma que los abuelos deben estar disponibles pero jamás en medio. La autora, con una perspectiva optimista, sabiendo apreciar lo mejor de cada situación, ofrece unas reflexiones fruto de la experiencia personal, de la observación, la madurez serena que brinda un consejo sin imponerlo. Es una de las ideas que recoge: “no dar consejos si no te lo piden.” El libro es más que sentido común codificado, aunque no falta éste. Cardona cree en la libertad responsable y por eso su papel de abuela es confiado, alegre. Conoce las dificultades de los matrimonios con hijos pequeños o adolescentes y la tendencia a que los abuelos se conviertan en “canguros.” Acepta de entrada el saber pasar a un discreto segundo plano, siempre disponible, pero sin hacerse notar. Los abuelos tienen, afirma la autora, la tarea primordial es estar disponibles para facilitar la transmisión de la cultura de la vida; la capacidad de perdonar para mantener viva la llama del amor, es otro de los puntos fuertes de una familia sólida. Pero el libro no está escrito sumando frases lapidarias, aunque las frases propias y las citas de otros autores sean muy valiosas; está escrito desde la frescura de la ilusión por vivir, de no encerrarse en los recuerdos sino abierta a las necesidades actuales de su familia y de su entorno. Sin olvidar que los abuelos son fundamentales para mantener vivas las raíces familiares, pero más con su testimonio de coherencia vital que con su protagonismo. El libro está bien escrito; los capítulos cortos y la abundancia de anécdotas hacen de su lectura una labor agradable. Incluso el tamaño de letra hace que algunos abuelos lo puedan leer con gran facilidad.