EL PAPEL O ROL DEL PADRE EN LA RELACIÓN CON LOS HIJOS MÁS PEQUEÑOS
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- 01 Febrero 2011
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A través de este pequeño escrito, me gustaría reflexionar (y haceros reflexionar) un poco sobre el papel o rol que pueden y deben desempeñar los padres en la relación con los hijos más pequeños, es decir, con aquellos que se encuentran en edad preescolar (primera infancia). Es de sobra conocida la generosidad de las madres en cuanto a afectos y educación para con los hijos, pero no hay que olvidar que los padres son también en esencia un modelo, una guía o referencia que los niños más pequeños tienen a su alcance. La familia es la institución social por excelencia donde se aprende “a ser”, donde se adquieren las principales virtudes humanas que más tarde en un futuro nos servirán para comportarnos correctamente, como buenos ciudadanos, responsables y con criterios claros y verdaderos.
Y es que los hijos en estas edades suelen reclamar la presencia y atención de la figura paterna. En muchas ocasiones, en las tutorías con las familias, sale a relucir el tema de las llamadas de atención, comportamientos casquetosos que aparentemente no obedecen a nada... En el fondo, muchas de estas situaciones son provocadas por la necesidad de la figura materna, pero sobre todo paterna. Los niños por medio de estos comportamientos están pidiendo a gritos que se esté junto a ellos, que se pase tiempo con ellos compartiendo afectos, pero también exigencia, juegos, momentos del día...
En nuestra sociedad desde muy antaño la madre ha asumido el papel de educadora y formadora en el ámbito del hogar (matriarcado muy característico de nuestra tierra), pero esto no es óbice para que el padre asuma su papel con la misma responsabilidad que la madre. Y esto no quiere decir necesariamente que se tengan que diferenciar las funciones (unas determinadas para el padre y otras para la madre), si bien es verdad que normalmente las propiamente relacionadas con la crianza (alimentación y sueño) las ha asumido la madre, relegando las de ocio y juego al padre.
Hoy en día en la sociedad en la que vivimos y en el tiempo en el que nos ha tocado vivir, resulta muy necesario conciliar la vida familiar y profesional, ya que la madre ha salido del hogar para desarrollarse profesionalmente en otro campo, sin que esto suponga “dejar” de lado su faceta como madre y esposa. Por este motivo, la corresponsabilidad en las tareas del hogar es una realidad que va a más, y dentro de estas tareas se encuentra la más importante: la atención, crianza y educación de los hijos.
¿Qué pueden hacer los padres en la relación y comunicación con los hijos más pequeños? Son algunas pinceladas que no son nada originales, pero que a veces se nos olvidan. Hay que tener muy presente que toda novedad en la vida de los niños la viven con intensidad y motivación, ni qué decir si el padre está implicado en ella!
■ Momento de los baños y toma de medicamentos (los padres tienen una especial habilidad para calmar y abordar la situación con menor estrés)
■ A las tardes, ayuda en las tareas escolares (en el caso de los pequeños, la iniciación a la lectura)
■ Momento de irse a la cama: cuento y recapitulación del día
■ Los fines de semana, no sólo llevar a cabo planes familiares, también planes exclusivos del padre con sus hijos, para compartir intereses y aficiones
■ Práctica de algún deporte
■ Compra de la semana en el supermercado
■ Supervisar los encargos que tengan cada hijo en casa y abordar los cambios con ellos
■ Desayunos compartidos, además de cenas y comidas los fines de semana, en los que participen de forma activa en su preparación. No se les puede exigir a los hijos comportamientos o actitudes que no “ven” en sus modelos de referencia, esto es, en sus padres. Si los hijos pequeños perciben en el día a día que el padre participa en las tareas del hogar (no como mero “ayudante” sino con una disposición y participación activa), lo tomarán como algo bueno y valioso, de tal manera que ya se está creando en ellos el interés por esas tareas.