EL VERANO DE NUESTROS HIJOS PEQUEÑOS
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- 15 Mayo 2012
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Subdirectora de Educación Infantil del Colegio Eskibel
Master en matrimonio y familia.
Madre de familia numerosa
Sontushijos
Es posible conseguir un verano educativo y que disfruten de las vacaciones al máximo.
Acaba el curso escolar y con ello comienza la preocupación de los padres por intentar conciliar la vida familiar y la laboral.
Además cabe el peligro de que los más pequeños pierdan esos hábitos tan importantes para su desarrollo (orden, sueño, higiene...) y que tan bien han funcionado durante el curso.
Al principio las cosas marchan bien, pero enseguida empieza a desmontarse la rutina: los niños se van más tarde a la cama, como consecuencia se despiertan más tarde por la mañana, se ven trastocados sus horarios de comidas... Por todo ello es muy importante elaborar antes un plan de acción familiar para que los más pequeños sigan teniendo un orden en su vida.
Otro tema a tener en cuenta es que no podemos perder de vista que es en la familia donde principalmente se educan los hijos, y que el verano es un tiempo muy importante para aprender hábitos y virtudes de los demás miembros de la familia y principalmente de los padres.
Claramente durante este tiempo, que a veces se hace muy largo, es cuando los padres estamos un poco más libres y contamos con más tiempo para estar con ellos. Podemos aprovecharlo para demostrarles nuestro amor a lo largo del día. Todo el día, solamente mediante nuestra presencia, a través de una palabra, un gesto, un detalle de servicio. Esto es lo que realmente les prepara para el siguiente curso escolar. Volverán al colegio con una sensación de confianza, habiendo disfrutado del mejor regalo del verano.
Y, ¿qué hacemos con su tiempo libre y con su ocio? Muchas veces echamos mano de las abuelas, pero enseguida nos damos cuenta de que empiezan a aburrirse. Por ello es importante plantearse antes cómo aprovechar ese tiempo libre para educar y aportar algo nuevo a nuestros hijos.
Dependiendo de la edad de cada uno es conveniente apuntarles a diferentes actividades que complementen su educación: cursos de verano, natación, iniciación en deportes... Es verdad que los horarios van a ser muy diferentes pero, dependiendo también de la edad y de sus capacidades, se puede establecer un plan de encargos diarios para que cumplan sin protestas. Algunos encargos pueden ser: hacer la cama, ordenar su habitación, ordenar su ropa y los juegos que utilicen, recoger la mesa, regar las plantas, recoger la ropa sucia...
Además para los que son un poco más mayores es aconsejable mantener un cierto hábito de estudio durante las vacaciones de verano, introduciendo en el horario un rato dedicado a tareas escolares. Podemos aprovechar para que hagan aquellas cosas que hemos dejado relegadas durante la temporada escolar por falta de tiempo, sin perder de vista que lo más importante de estos meses de verano es el tiempo que invirtamos en estar con ellos con la calma que aportan estos meses.
Para que el verano de nuestros hijos sea completo, no podemos olvidar de mantener sus hábitos de piedad al igual que durante el curso, enseñándoles también que durante nuestro tiempo libre no nos olvidamos de Dios.
Así tendremos un verano educativo.