"EVASIONES Y ESCAPISMOS DEL YO"
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- 01 Junio 2013
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Estos
días de vacaciones he tenido la suerte de poder ir en bici por los “bidegorris”
de San Sebastián, y entre las miles de cosas maravillosas que uno puede
contemplar en esta hermosa ciudad es la gente, mucha “ buena gente”.
Es
habitual ver una madre tirando feliz del
carrito de su hijo, un anciano
encantador tirando de la silla de ruedas de su mujer, un grupo de
jóvenes tirando de un grupo de discapacitados orgullosos de sus monitores, un
padre tirando de la bici de su hijo y los patines de su hija, varias amigas
tirando unas de las otras mientras pasean chismorreando, encantadas y a toda
caña, por la Concha.... Cuántos rostros
y miradas en los que como telón de fondo se lee: " ¡qué bien se está aquí
¡qué bien se está contigo! ¡Qué bueno que existas!". Son, sin ser muy
conscientes de ello seguramente, gente afortunada que tienen la gran suerte de
vivir en un ambiente de cariño natural y acostumbrados a tirar unos de otros
como lo más normal.
Como
contraste, desgraciadamente, uno también se encuentra con otros escenarios en
los que el telón de fondo no te deja indiferente. Son las luces y sombras de
una ciudad. Me refiero a escenarios en los que se lee tristeza en las miradas de sus protagonistas. Es como si
dijeran: "necesito que alguien me quiera, que le de sentido a mi vida, no
me gusto...necesito escapar de esta realidad", y para escapar ves muchos
niños y niñas que se tiran al suelo para darle al botellón casi toda la tarde;
se tiran en los bancos o por la hierba para dejarse manosear, y al menos por
unos momentos fugaces de placer, sentirse "queridas" ellas y
"satisfechos" ellos; se tiran a los
bolsillos para hacerse unos buenos porros y poder escapar a otros
escenarios con otros telones de fondo...;
y tampoco faltan las niñas de unos 12 o 13
años a lo sumo maquilladas a lo Cleopatra con medias de encaje y shorts que se
dedican toda la tarde, quizá también sin ser plenamente conscientes de ello, a atraer desesperadamente miradas, y “
buscando guerra” a la salida de centros
comerciales...
¡Escapes
y más escapes de gente emocionalmente insatisfecha que busca ser feliz sin
saber muy bien ni dónde, ni cómo, ni con quién... Y lógicamente se tiran a lo
aparentemente más fácil, buscando
compensaciones, huidas y placeres inmediatos. Maneras equivocadas de
satisfacer su distorsionada afectividad y su
baja autoestima, en muchas ocasiones.
¿Qué es
lo que cambia en unos y otros? Se podrían decir muchas cosas, pero desde luego
un aspecto que cambia, claramente, es el enfoque y sentido que sus protagonistas
le dan a la vida. En el primer escenario el telón de fondo es: tirar de los
demás, y así, tirando de los demás (consciente o inconscientemente) tiran de sí
mismos. El punto de mira, el horizonte es "el otro", es la amistad,
es el amor a los demás cuya compensación quizá no es inmediata, pero sí real y eficaz.
En los
demás escenarios el telón de fondo, el
punto de mira y el horizonte es el mismo: "yo mismo", la búsqueda
desordenada de placer, y la necesidad imperiosa de evasión. Comportamientos
que muchas veces son debidos a una
anemia emocional del "yo" que tratan de subsanarla dañándola aún más,
pues muchos de ellos no son ni conscientes de su debilidad emocional ni de que
exista un modo de salir de ella.
En este
sentido pienso que la familia tiene un papel
fundamental. El amor en la
familia es la medicina preventiva, el ámbito natural en el que uno ha de
aprender a amar. El mayor regalo que puede hacer un padre o una madre a su hijo
o hija es enseñarle a amar bien, y para
ello, como todo en la vida, la primera
lección es el propio testimonio de los padres. Los padres han de ser modelo
auténtico de amor, y enseñar a los hijos desde pequeños que el horizonte o
punto de mira no es "uno mismo" sino " el otro".
Cuando
el horizonte es "tirar del
otro", es decir, el bien del otro y servir al otro, y esto los hijos lo
ven y viven con cariño y naturalidad en casa, además de aprender a tener menos
problemas personales, aprenden a ser felices dándose, y no necesitan de
"falsas evasiones y escapismos" para sentirse emocionalmente
satisfechos.