HÁBLAME BIEN DE PAPA Y DE MAMA

Autor: Mª del Carmen González Rivas.

Psicóloga y terapeuta de familia.

Centro de atención psicológica y familiar Vínculos en Badajoz.

Fuente:

Sontushijos

Sobre la importancia de ayudar a los hijos a crecer en una buena comunicación.

Si uno pudiera estar en el pensamiento de muchos niños y adolescentes esto es lo que en una mayoría de casos podrían decirles a sus respectivos padres: háblame bien de papa, háblame bien de mama.

Si lo pensamos bien ese es el mayor regalo y legado que le podemos hacer a nuestros hijos, ya que nuestros padres son nuestras raíces en donde nos vamos edificando. Necesitamos crecer con raíces sólidas para podernos sostener. Nuestras raíces son las que nos van a dar esa seguridad en la vida; y en el desarrollo evolutivo de nuestros hijos los padres o las figuras parentales o aquellos cuidadores de niños y adolescentes son los que tienen la encomienda mayor, pues verdaderamente son sus custodios y los que con su ayuda le procuraran también esas alas para volar.

Por eso es de vital importancia hablar bien de papa y de mama, utilizar un lenguaje desde lo positivo. Una de las cosas claras que tiene que tener la pareja es que ante los hijos tienen que proponerse hacer un buen equipo en donde ninguno de ellos desmerezcan al otro miembro de la pareja. Pues tener eso claro es lo que hace a su vez que la pareja este cada vez más cohesionada, respetando al otro en su forma de hacer las cosas con respecto a sus hijos. Pues hay que tener en cuenta que los hijos a lo sumo, no unen sino a veces tienden a separar pues continua es su lucha por lograr lo que quieren ganándose a uno de sus padres. A veces los padres acceden poniéndose a la contra del otro, o lo consienten uniéndose más a ese hijo por ganarse su cariño con lo cual permiten que el hijo vaya ganando un espacio importante en medio de la pareja, y esto es delicado porque va separando a la pareja, va distanciando a los padres y los hijos van tomando un poder que no les compete.

¿Cómo remediarlo? ¿Cómo restablecer de nuevo los sistemas y la jerarquía? Todo puede volver al inicio o incluso mejor cuando todos entienden que todos participan en ese problema y saben coger la parte de la responsabilidad que les toca, y así restablecer esos órdenes del amor, de los cuales hablaba el biólogo y filósofo chileno Humberto Maturana. Eso hará mucho bien a la familia. Pues al fin al cabo lo que a todos nos salva es el Amor. Pero para amar es necesario tener bien dispuesto el corazón, pues el corazón está hecho para amar. Y eso tienen que tenerlo encuentra los padres, pues realmente cuando los hijos ven que hablan bien el uno del otro, así como lo hacen extensivo para el resto de los familiares y amigos. Los hijos crecen con un testimonio realmente que les puede edificar y fijar unas solidadas raíces en su desarrollo evolutivo que les permitan crecer con más seguridad en la vida. Y a su vez representa uno de los legados más bonitos que puedan recibir los hijos. 

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