EL TRATAMIENTO DEL SUICIDIO EN TV
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- 26 Mayo 2017
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Coordinadora de Comunicación del Grupo Educativo COAS.
Miembro de ATELEUS (Asociación de Telespectadores y Radioyentes de Euskadi).
Original para sontushijos
Al menos que los padres sepan lo que ven sus hijos.
Series de televisión, juegos, Internet y las redes sociales sacan a la luz una realidad silenciada en nuestras sociedades, una circunstancia que entraña enormes riesgos para adolescentes y jóvenes.
El suicidio empieza a dejar de ser un tabú, una palabra a no mencionar o una noticia que obviar por su impacto negativo en los más vulnerables: los jóvenes. Sin embargo, la serie de TV “Por 13 razones” ha evitado esta recomendación de psicólogos, psiquiatras y expertos en contenidos televisivos y ha emitido esta serie, que muestra el camino hacia la muerte de una joven que sufre acoso escolar;.
El último fenómeno de Netflix,”Por trece razones”, que ha irrumpido con fuerza está basado en elbest sellerhomónimo del autor Jay Asher. Su adaptación televisiva no ha pasado desapercibida para muchos seriéfilos y se ha convertido en una serie de culto para adolescentes. Llegó a la plataforma el 31 de marzo y cada uno de sus 13 capítulos de esta primera temporadarevelan las 13 razonesque empujaron a su protagonista, Hannah Baker, a quitarse la vida.
Precisamente el modo mostrar a la protagonista, como una heroína, es una de las críticas que hace Javier Jiménez, psicólogo clínico y presidente de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio (AIPIS), así como que muestre el suicidio de forma tan explícita.
Para Pilar de Castro, médico especialista en Psiquiatría del Adulto, del Niño y del Adolescente en la Clínica Universidad de Navarra, «Estas series generan confusión y el impacto negativo en el entorno puede ser enorme si no informamos bien y educamos mentes sanas».
“Esta serie- apostilla- como videojuegos, programas y noticias, novelas de amor romántico que no solo trivializan y utilizan el suicidio, sino que lo presentan como modo de venganza, dejan mal la actuación de especialistas, distorsionan la realidad y las creencias de los jóvenes, porque el valiente no es el que se suicida, sino el que supera las dificultades aunque nadie pueda saber o imaginar el sufrimiento que ha conllevado superarlas».
Según los últimos datos, del Instituto Nacional de Estadística, unos 300 jóvenes y adolescentes se quitaron la vida en 2015, una cifra muy similar a los años anteriores. En Europa es la principal causa de muerte en adolescentes, según la Organización Mundial de la Salud. En realidad, tal y como constata Javier Jiménez no ha habido un crecimiento significativo, pero reconoce que mientras las demás muertes –no naturales (accidentes, homicidios…) y naturales (enfermedades)– han descendido notablemente, las producidas por suicidio no lo han hecho.
Causas profundas
Si bien es cierto que los jóvenes pueden encontrar en la red y TV referencias y ejemplos de suicidas e incluso cómo hacerlo, la experiencia dice también que es un problema complejo y que lo causan muchos factores.
Los factores más importantes para Pilar de Castro Manglano son las dificultades en la familia, con los amigos y en los estudios. «La familia, porque es el lugar donde nos sentimos aceptados y queridos; y los amigos, porque el adolescente busca ser aceptado y formar parte de un grupo, estar adaptado al entorno y a la sociedad. Conflictos entre los padres, dificultades con los amigos, dificultades académicas, ser víctima de acoso, meterse en problemas sociales, desengaños emocionales por establecer relaciones sentimentales de dependencia son causas externas que, solas o simultáneas, podrían abocar a este suceso.
¿Cómo abordar esta cuestión con los jóvenes?
«Siempre es mejor hablar claramente del tema sin miedo, en un clima de confianza para que dado el caso de que ellos o amigos se encuentren en situaciones difíciles puedan resolverlas sin miedo y pidiendo ayuda», explica Pilar de Castro. Cree, además, que es muy importante el acompañamiento en el proceso de crecimiento de cada joven y «ahí tenemos mucho que hacer los adultos para ayudarlos a ver en las dificultades retos, aunque conlleven sufrimientos, y no solo dificultades a evitar».
Ahondando en esta idea, me viene a la cabeza el maestroSócrates, maestro de maestros, que enseñaba a través de la “mayéutica”. La llamaba así porque era el arte de dar a luz, pues en cierto modo actuaba como partera. Era como un guía que conducía a sus discípulos a través de la caverna de las sombras para salir a la luz de lo real. Su enseñanza enfrentaba al alumno consigo mismo, con sus propias limitaciones, conflictos y dificultades para poder romperlas e ir más allá. La enseñanza era para él una sagrada misión que no se podía prostituir con una mala conducta, un mal ejemplo. “El oficio de maestro- decía- es un sacerdocio, requiere de la magnética presencia del maestro, que educe al guía interior que todos llevamos dentro. Aunque el fuego duerme en la madera es necesario quien lo prenda, y éste es el educador”.