ENSEÑA A TUS HIJOS A SER EMPÁTICOS

Autor: Eli Redondo

Diplomada en Magisterio con Especialidad en Lengua Extranjera: Inglés por la UPV.

Profesora de Inglés y tutora del aula de 3 años.

Curso académico 2003-2004 en la Universidad "Mount Union College" de Ohio (USA) as a Spanish Teacher Assistant.

Madre de familia.

Fuente:

Sontushijos

A los afligidos no se les ha de añadir la aflicción

El curso pasado, el colegio nos lanzó esta pregunta: ¿Qué cualidades o características tiene que tener una persona para cambiar e influir en la sociedad? Saber escuchar y demostrar empatía, fueron mis respuestas.

Los seres humanos somos empáticos por naturaleza pero esta capacidad puede fomentarse o anularse según la manera en la que somos educados, tratados desde la infancia.

¿Qué es la empatía? La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y comprender lo que siente o piensa. ¿Por qué es importante la empatía? Nos ayuda a comprendernos mejor a nosotros mismos. Las personas empáticas, por lo tanto, se relacionan mejor con los demás. Estas relaciones son más ricas, los vínculos más estrechos y la comunicación mucho más efectiva.

¿Cómo podemos desarrollar esta habilidad?

1.- Aprendiendo a escuchar. No hay que precipitarse a la hora de aconsejar. Mejor escuchar y preguntar mucho antes de aconsejar. A veces sólo queremos ser escuchados y comprendidos. Nada más.

2.- Ser respetuoso. No interrumpir mientras nos están hablando. Hay personas que tienen un alto concepto de sí mismas y se dedican sistemáticamente a dar consejos, en lugar de intentar sentir lo que el otro siente.

3.- No juzgar. Cuando tengamos que dar nuestra opinión sobre lo que nos están contando, es muy importante hacerlo de forma constructiva, ser sinceros y procurar no herir con nuestros comentarios.

La empatía es una  forma fácil y objetiva de entender al “diferente” y para ello nada mejor que escuchar, sabiendo interpretar también los silencios, pues nos dan pistas de que algo puede no funcionar correctamente.

Allá donde pueda darse una situación de aislamiento, la escucha activa puede suponer una herramienta eficaz, suficientemente testada y con éxito, porque  “Escuchar es empezar a curar”.

Una vez que hemos conseguido empatizar con la persona afectada, no es suficiente con comprender, sino que hemos de dotarle de mecanismos que resulten eficaces,  y no tanto de simple defensa, sino más bien de superación para dejar atrás determinadas situaciones. Uno de esos mecanismos puede ser el de la resiliencia, concepto psicológico por el que una persona tiene capacidad para superar situaciones traumáticas. Los expertos no dudan en afirmar que: “La resiliencia fomenta la Felicidad”.

Es responsabilidad de todos los estamentos educacionales, sean padres, docentes, alumnos, etc. que  pueda cumplirse la afirmación de nuestro más famoso autor, Miguel de Cervantes:

“A los afligidos no se les ha de añadir aflicción”.

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